¿Cuál es el mejor momento para cursar un posgrado?
Es una pregunta que se hacen muchos profesionales de distintas carreras. Hace algunos años, la tradición indicaba que la mejor opción era ganar experiencia y luego cursar un programa para especializarse.
Pero con la crisis económica que golpeó a fines de la década, muchos optaron por seguir estudiando en vez de entrar a un mercado laboral debilitado. De hecho, en 2009 un recién egresado tardaba en promedio entre 9 y 12 meses en encontrar trabajo. Las escuelas latinoamericanas también respondieron a este desafío y hoy buscan captar a sus estudiantes de pregrado para que continúen su formación profesional.
Es el caso de la Universidad del Valle de México (UVM), institución académica que ofrece en la mayoría de sus programas de pregrado la posibilidad de extender los estudios tras la titulación. Para incentivar a los alumnos, les ofrece varios beneficios:
"Existen becas y rebajas en los aranceles, así como también la posibilidad en algunos casos de estudiar en el extranjero.
Para una persona que trabaja es mucho más difícil salir del país por un tiempo", afirma Rosa Angélica Camberos, directora de posgrados de la universidad.
Por su parte, la UVM obtiene estudiantes conocidos y habituados al estudio. "Cuando pasan muchos años trabajando es más difícil volver a estudiar. Además, se tiene una clara idea del nivel de preparación de sus propios ex alumnos de pregrado, con lo que se pueden mejorar los programas", agrega Camberos.
De este modo se produce un círculo virtuoso en el que gana no solo el alumno si no que también la institución académica. "Por una parte, el alumno obtiene su grado de maestría o diploma de especialidad más joven y eso le permite integrarse al mercado laboral en un mejor nivel desde el inicio, en tanto que los profesores trabajan con alumnos adecuados al ritmo universitario", subraya la académica.
Esto sí, estudiar terminado el pregrado no es aconsejable para todos los programas. Hay algunas materias donde lo aprendido en la práctica es clave, aclara Camberos. "El posgrado en dirección de empresas exige experiencia laboral, pero los posgrados en ingeniería, en mercadotecnia o en finanzas por mencionar algunos no tienen esa restricción", detalla acerca de la oferta académica de la UVM. Lo mismo corre para muchos MBA, que en sus distintos formatos piden como requisito un número determinado de años de experiencia.
En Chile en tanto, la Universidad Diego Portales (UDP) también ha implementado programas especiales para los alumnos que deseen continuar con sus estudios. Según Rafael Mery, director de Posgrados de la UDP, se trata de una tendencia global que surgió en Europa. "A partir de las reformas introducidas en el Proceso de Bolonia en 1999, la continuidad de estudio ha ido en aumento, en especial en los magíster. Hoy las universidades están ofreciendo la posibilidad a sus alumnos de continuar estudios de posgrados al término de sus pregrados e incluso en los últimos años de sus carreras", expone Mery.
Agrega que existe una explicación de fondo para el fenómeno: un mercado laboral mucho más competitivo donde triunfa el mejor preparado. "El pregrado o la licenciatura cada día toma más la forma de un commodity, exigiendo la especialización a través de estudios de posgrados. Un egresado de una carrera necesita hoy en día con mayor urgencia mostrar mejores credenciales al momento de ingresar al mercado laboral", indica Mery.
El directivo resalta que mientras los alumnos obtienen una preparación más sofisticada, las universidades obtienen beneficios económicos. "Asimismo se trabaja con un mejor capital humano que facilita la investigación y la docencia", sostiene.
Fuente: educamericas